algo tiembla en la pieza
la casa se asusta con mis ojos,
el ruido se desparrama
esperando a los trecientos gatos
montoneros de infantería
que saltan del tejado al patio,
Nos pillaron:
peleen gatos asesinos
¡no les tengo miedo!
Lucho insaciablemente primero
pero me ganan la gran batalla.
Es cierto que soy el más viejo,
que mi cola es la más larga
y por eso la tribu me lanzó al sacrificio
Ahora ellos juegan a la pelota con mi cuerpo rendido
se ríen, ronronean, y me roban algunos.
Pero mañana los hijos de mis hijos se vengarán
de esta tragedia
¡hay alarma roja en los alcantarillados!
Ernesto Antihual
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