te llevo conmigo
y casi los caímo
y te pongo mi casco
y tú manejay
o no mejor yo, porque no sabí donde estamo
pero si me dices que los higos
son húmedos
que los andenes del metrotren escriben lo nuestro
que somos los más hermosos al mirar tu espejo
cuando los disfrazamos de recién nacíos
y te abrazo de nuevo con todo cariño
en las melodías expansibles a trecientos
ochenta y cinco velocidades
de pétalos en constelación
no quedará alegría como nunca.
Pero si me dices que tengo que tengo que irme
ya no quiero estar contigo
entonces corro
más rápido que un gato joven
y aunque me tropiece y me caiga
me paro de nuevo
y me pongo povidona
y me paso la lengua pa sanar la herida
y así
a seguir escalando la cordillera que te mira al otro lado del edificio
pa encontrar naranjas verdaderas
y dejarlas en el árbol mentiroso
y poday comer una conmigo
y yo te la pelo
y yo le hago cariño
y te miro los ojos grandes mientras hace frío.
y te miro los ojos grandes mientras hace frío.
porque si arriba de las noches
de ese abrazo verdadero
no hubiera sido un oso hormiguero?
no habría podío comer
las hormigas de tu corazón
que tan ricas estaban, cariño mío
que tan ricas estaban, cariño mío
porque hay infinitas cosas
en la vida que tienen finales
pero el infinito contigo
somos al ser felinos
cuando los miramos un ratito
esa tremenda frente de lindura
y los olimo las caritas
los besos
y respiramos todo el amor que sentimos.
esa tremenda frente de lindura
y los olimo las caritas
los besos
y respiramos todo el amor que sentimos.
Ernesto Antihual
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