con tanto cuidado
en voz bajita
un poco acurrucados
entre tapados
y tapándose
entre lo tibio, calor
y el tanto del frío
ese abrazo del náufrago
a la tierra seca
fue un secreto mismo
al oído
en una sala vacía
silenciada.
de tanto cariño
tus corolas
pudo ser con vino
pero uno es niño
en el a solas
y sin decirme mío
me eres tan regalona
que no se dice nada
sólo tu cara burlona
tan encantadora
parece una plumita
que se cae del ala
pero yo la pego
y se cae de nuevo
y tomando tu pelito
sí volamos como
dejándonos llevar
sin fin de almohada
ni miedo.
Ernesto Antihual
Mayo 2011
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